Construida por los venecianos en el año 820 d.C. y consagrada en el 832 d.C., perdió su forma original debido a un grave incendio a principios del siglo XX. La Basílica, tal y como se conoce hoy, tomó forma en 1063 d.C., gracias al Dux Domenico Contarini y sus sucesores.
Las reliquias de San Marcos, los mosaicos adornados y los majestuosos elementos de diseño han contribuido a consolidar el edificio sagrado como la principal maravilla arquitectónica de Venecia.
Es posible comprar entradas sin colas a la Basílica de San Marco y al museo, con acceso a la terraza con vista y a la Pala d'Oro.